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lunes, 16 de abril de 2012

Detalles...


Porque una imagen vale más que mil palabras.






Agradeceré eternamente a Sannai el que ese día tuviera la piel perfecta y radiante. No sé qué habría hecho sin mi ritual ese día: mi mousse limpiadora hidratante para dejar la piel lista para que la crema elástico regeneradora penetre mejor (la fórmula primera de pieles normales que en invierno a mi piel mixta-delicada es la que mejor le sienta) y la loción para pieles sensibles.
Ni más, ni menos. Y ni un sólo granito en la cara a pesar de estar en esos días del mes (sí, justo el día de la boda), sin duda ellas son las que mejor conocen mi piel... y por eso ya me he hecho con la versión ligera de la crema de acción penetrante de cara al verano para seguir cuidando de mi piel sin engrasarla demasiado. ¿Un truco? el que ellas me dieron: echar cantidades muy pequeñas en las zonas más deshidratadas dando toquecitos para mejorar la absorción (y aquí añado mi propio truco: lo que sobra de la zona más seca es lo que uso sobre la zona T).

Y ahora me voy a reincorporarme a la rutina después de quince maravillosos días... ¡deseadme suerte!

miércoles, 4 de abril de 2012

"Estupendo"

Todo fue precioso y perfecto. El viernes ha sido sin duda alguna uno de esos días que quedará por siempre grabado en mi mente.

Iba bajando las escaleras del Palacio del brazo de mi padre y mirando al suelo más de lo que debía para no tropezar con el vestido y caerme, que era lo que más miedo me daba, pero hice un esfuerzo y levanté la vista buscando la mirada del que iba a ser mi compañero en el largo viaje que es la vida y ahí estaba: sonriente, orgulloso, emocionado, sorprendido y aún más enamorado.
Debo decir que mi "hado madrino" había transformado mi aspecto para pasar de ser una cenicienta "mona" a convertirme en una hermosa princesa helénica y el estado de felicidad en el que me hallaba me daba un aspecto etéreo y radiante.

La ceremonia fue íntima y especial, mi hermana y mi primo leyeron unas palabras que habían escrito que casi (y sin el casi) me hicieron llorar.
Además, se suponía que yo iba a darle una sorpresa a él, pero finalmente fue al revés: tras mi segundo "sí, (claro que) quiero", vi que el que ya era mi marido sacaba una segunda cajita del bolsillo y de ella un anillo de tres piezas precioso... Porque, según él "me lo debía". En aquel momento no supe si reír, llorar o comérmelo a besos.

Después de la ceremonia todo fue muy rápido: fotos, merienda, cortar la tarta, pasarme por las mesas... Y el baile.

La canción que elegimos fue "la vie en rose" (viniendo de mí no podía ser otra...) seguida de "l'hymne à l'amour". No bailamos especialmente bien, la verdad; estábamos nerviosos y torpes, pero la sonrisa de felicidad no se borraba de nuestras caras...

...Y aún no lo ha hecho.

Es cierto que tengo que acostumbrarme a llevar la alianza de oro blanco y que si no fuera por ella no acabaría de creerme todo lo que ha pasado, que se me hace raro no levantarme en mi habitación y no estar siempre con mi hermana y mi madre, pero a pesar de echar todo eso de menos... Soy muy feliz.
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